Una de las preguntas que más recibo es: Estoy comprometida ¿ahora qué hago? Después de que hayas festejado como loca, gritado por toda la ciudad “I'm engaged” al estilo Mónica Geller y posteado 20 mil fotos de tu anillo estamos listas para dejar a un lado la botella de champaña y ponernos a planear esa boda.
Es hora de ponernos prácticas los pies un poco en la tierra por unos momentos y aterrizar en el tema más importante: dinero. Y es que muchas veces nos gana la emoción y nuestra hormona de comprometida y empezamos a ver revistas como maniáticas, a hacer millones de tableros en Pinterest, a llamarle a toda la gente que conocemos para contarles nuestra gran historia e invitarlos a la boda…… y ……alto, alto, alto.
Antes de que hagas cualquier llamada...
Invitación o promesas necesitas sentarte con tu pareja y tocar uno de los temas más importantes: quién y cómo van a pagar la boda.
El presupuesto es uno de los temas que más ignoran las parejas recién comprometidas porque están envueltos en una nube de felicidad. Pero hoy te quiero ahorrar muchos dolores de cabeza, estrés y sobre todo conflictos. Nada peor que empezar esta nueva etapa de tu vida peleando con familia o con tu pareja por dinero.
Cómo empezar
Empieza por hablarlo con tu pareja. A lo mejor y van a tener la suerte de que los apoyen sus familias, pero la primera persona con la que tienes que hablar sobre esto es con tu pareja ya que son equipo y necesitan estar en la misma página. No olvides escoger un buen momento para hacerlo, te sugiero que no sea mientras comen, ni cuando estén apurados. Escoge un momento en el que estén tranquilos y sin distracciones.
Una vez que platiquen sobre esto ya puedes puedes seguir festejando y sobre todo empezar a planear la mejor fiesta de tu vida :)
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